Se trata de un proyecto denominado Percepción de la influencia del cambio climático en la incidencia de enfermedades tropicales, que abarca un período desde julio del 2023 hasta diciembre del 2024 y se centra en la zona costera de Cuajiniquil, perteneciente al cantón fronterizo de La Cruz.
Pável Batista, académico investigador Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA), destacó que este estudio se realiza ante las afectaciones de poblaciones rurales mesoamericanas por enfermedades transmitidas por vectores como el dengue, zika y fiebre amarilla, que perjudican a la población costarricense, con consecuencias potencialmente mortales, especialmente en infantes.
Hugo Hidalgo, del Centro de Investigaciones Geofísicas (Cigefi) de la Universidad de Costa Rica (UCR) destacó que el estudio cobra sentido ante la escasez de información meteorológica y la necesidad de utilizar datos combinados de estaciones meteorológicas y satélites para comprender mejor estos fenómenos. El proyecto, denominado EcoSalud, lo financia la Icahn School of Medicine at Mount Sinai, y cuenta con un presupuesto de $20.000. Su objetivo es fortalecer la adaptación de comunidades rurales al cambio climático, específicamente en el sector de la salud; asimismo, busca conocer la percepción local sobre la relación salud y cambio climático.
Cuajiniquil, donde se realiza el estudio, es una comunidad rural costera y transfronteriza con una población Cuajiniquil sirve como modelo en cambio climático y enfermedades tropicales aproximada de 4.200 personas, cuyas principales actividades económicas son la pesca y el turismo. La comunidad se ubica en el distrito de Santa Elena, en un área con importantes espacios protegidos como el Parque Nacional Santa Rosa y el Refugio de Vida Silvestre Junquillal.
Logros alcanzados
Algunos logros del proyecto hasta ahora son la coordinación con socios institucionales y locales, así como la restauración del manglar Salinitas y la capacitación de estudiantes universitarios en prácticas relacionadas con el proyecto, incluyendo el desarrollo de un sistema de potabilización de agua de lluvia.
Entre los socios involucrados en el proyecto están el Centro Mesoamericano de Desarrollo Sostenible del Trópico Seco (Cemede-UNA), el Cigefi-UCR, el Centro de Investigación en Enfermedades Tropicales (Ciet-UCR), la Asociación de Desarrollo Integral de Cuajiniquil, el Comité Comunal de Emergencias de Cuajiniquil, y el Área de Conservación Guanacaste.
Elsa Orozco, estudiante de ingeniería hidrológica y Erick Arguello, estudiante de Administración, participantes en el proyecto, resaltan que estas comunidades son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático debido a la falta de apoyo gubernamental y de recursos, lo que puede afectar negativamente su acceso a servicios de salud y a recursos naturales vitales como el agua potable.
Comentaron que desde sus áreas de especialización pueden promover mejoras en las comunidades con proyectos de aprovechamiento de recursos naturales en áreas con escasez de agua potable. De igual forma, sugieren implementar campañas informativas y de colaboración con las comunidades para fomentar el cuidado de la naturaleza, así como el aumento de la plantación de árboles y la protección de los
manglares.
Quienes participan en este proyecto han planteado la necesidad de incorporar los miembros de la comunidad.
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