La Hacienda La Palma

Por Elieth Montoya Gamboa. Educadora, escritora, empresaria

Durante la Época Colonial, existió una hacienda dedicada a la ganadería extensiva, en la bajura de Abangares. Esas inmensas tierras, formaron parte de los dominios de la tribu Avancari, en la Cuenca Baja del Río Tempisque. Con el impacto de la llegada de los españoles, el número de aborígenes fue diezmado y sus tierras fueron escogidas para establecer haciendas de colonizadores establecidos en Cartago y Espíritu Santo de Esparza.

La Palma tuvo distintos dueños. En 1763 fue propiedad de Bernardino Valdés, de Esparza,estableciendo la explotación ganadera con mano de obra indígena y pocos esclavos negros ymulatos. Lamayoría procedentes de Chomes y Cañas. Por el sistema de compraventas, la hacienda llegó a tener una extensión de 1500 hectáreas, al adquirir los sitios de Zapotal y Peñas Blancas.

Los terrenos estaban constituidos por vastas selvas pobladas de árboles de pochote, cedro amargo, cenízaro, caoba, entre otros. En esa época empezaron a deforestar para ampliar las áreas de pastizales para el ganado. Sin embargo, la mayoría de reses eran cimarrones, debido a la amplitud de grandes extensiones de la hacienda.

Los peones empezaron a asentarse en distintos predios, llegando a conformar pequeños centros escasamente poblados. Entonces, del ganado se obtenía sebo para las candelas, cueros crudos para hacer albardas, quesos y cuajadas, todo para el consumo de la misma hacienda. Sembradíos de maíz y otros cultivos básicos empezaron a surgir en sectores diversos de aquella inmensidad!

A fines del siglo XIX y principios del XX, empezaron a llegar migrantes desde Nicoya, Nicaragua y partes bajas de Cañas. Su idea era abrir la socola para establecerse. Muchos llegaron al Sitio de Barro Colorado y al Sitio de San Buenaventura, que surgieron en la Hacienda, igualmente llegaron al Sitio de Peñas Blancas. Como decía Quintín Gutiérrez, carrilaron tierras que creían libres y sembraron plátanos, arroz, frijoles, caña de azúcar y tenían algún ganado y sus yuntas de bueyes.

Sin embargo, la hacienda fue adquirida por el francés Francois Thebenat, con el objetivo de establecer una colonia francesa. Quería cultivar piña y exportar enlatada a Francia. Los que se habían establecido en sus predios, precaristas todos, empezaron a reclamar y a manifestarse en violentas protestas, que les llevaron a quemar galpones, casas de la Hacienda y sembradíos. Se llegó hasta el derramamiento de sangre, pues los manifestantes de Colorado y San Buenaventura, ubicados dentro de la propiedad, ejecutaron actos de tal violencia, que obligaron a los dueños a retirarse.

La viuda del anterior propietario Hermosel Viniegra, Clara Yentleman quedó a cargo de la Hacienda e inició conversaciones con el gobierno. Después de muchas gestiones, decidieron darle a la dueña, tierras en algún otro sector del Pacífico, mientras La Palma, fue fraccionada y repartida a los precaristas que habían fundado nuevos poblados dentro de ella.

Esa es la historia del surgimiento de muchos poblados bajureños, que conservan tradiciones invaluables y sin duda enriquecen el patrimonio histórico y cultural de un Abangares que surgió al calor de migrantes, de distintos rumbos del planeta, conformando un ligamen auténtico de identidad.

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