Finca Las Delicias: De la mecanización agropecuaria artesanal a un gran modelo innovador y exitoso

Esta finca de una belleza natural y remando de paz, ubicada a pocos kilómetros de la ciudad e Liberia, tiene una larga historia con una familia que criolla liberiana, que con visión y uso de la inteligencia natural y adaptación a los tiempo, logró tecnificar esa propiedad, primero desde el concepto artesanal y luego con el tiempo, tener a mano los instrumentos modernos e innovadores para estar a la altura de los tiempos actuales, con una producción ganadera de gran valor.

Por esos y otros atributos, la Cámara de Ganaderos de Liberia, valoró los éxitos de Las Delias y le otorgó un reconocimiento como Unidad Productiva exitosa. La historia de Las Delicias se remonta a la fuerza motora de don Luis Rivas Rivas, un hombre tenaz y luchador, que quiso sacarle el máximo provecho a la tierra y convertir la propiedad en una fuente de riqueza agropecuaria.

Desde muy joven, don Luis, contó con el apoyo diario y permanente de su hijo Luis Alberto Rivas Muñoz (don Chicho) y sus familiares,
quienes estuvieron siempre a la par mejorando cada día. Ahí en esas tierras que tenía como vecino al río Liberia, criaron ganado, sembraron, cosecharon. Innovaron constantemente. Desde los años 50, hicieron pacas, con una empacadora estacionaria halada por bueyes, con su propio motor, lo cual evidencia el sentido pragmático y empresarial.

El pasto se cortaba con una segadora tirada por caballos. La cuchilla se quebraba porque se atoraba y había que soldarla donde Tulio Vega. El zacate se recogía y se amontonaba con un peine, halado por caballos y cuando se llenaba se apretaba un pedal para que levantara y dejar lo recogido. Había que sostenerse porque el peine golpeaba fuerte el asiento de metal. Se acercaba la empacadora al montón y se echaba el zacate a mano con tridente y se empujaba hacia el sitio donde se prensaba, con una vara.

Las pacas se separaban con una tabla con espacios para pasar las agujas que llevaban el mecate para amarrar a mano las pacas. Se acercaron a esas máquinas y luego vieron lo nuevo y lo adoptaron. A la par fueron mejorando las razas. Gracias por ese reconocimiento a quienes produjeron artesanalmente y tuvieron capacidad de innovar y acoger lo nuevo. Esto es una parte de ese bonito pasado y la actividad primera de esa próspera región.

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