Roto el cerebro. La vida también ¿Es la maldad, genética o adquirida?

¿Dónde empieza la maldad de algunos seres humanos?

Por Solón Chavarría Aguilar.
Médico, escritor, político y diplomático

 

PRIMERA PARTE

Es una pregunta que siempre me ha inquietado y a estas alturas de mi existencia terrenal no tengo la respuesta que satisfaga mi curiosidad intelectual. Sé que en la historia de la humanidad muchos seres humanos se han hecho esa pregunta existencial, encontrando para estas múltiples respuestas, unas dadas por connotados científicos, historiadores, genetistas, filósofos y religiosos.
No faltan los lidersuelos, embusteros y charlatanes opinando sin fundamento académico ni científico sobre este tema tan importante y controversial.

¿Existe alguna respuesta que nos satisfaga completamente?

Lamentablemente podemos decir que no ha existido, ni existe una respuesta definitiva; sin embargo como sucede con el pensamiento humano la variedad de preguntas y respuestas, han enriquecido nuestros conocimientos en esta materia y múltiples temas que nos hemos cuestionado y lo seguiremos haciendo durante toda nuestras vidas.

Sea como sea la maldad es inherente a la especie humana, desde que el hombre tiene uso de razón. Lamentablemente así ha sido, es y será. Basta con hacer un periplo sobre la historia de las guerras durante los 300.000 mil años de la existencia del ser humano en el planeta tierra. Y sin ir muy lejos Ucrania y lo que está sucediendo en el Oriente Medio son ejemplos de lo que no debería de ser. Pues las guerras podrían “justificarse”, pero no tienen razón de ser ante la ley Divina. Entonces ¿Por qué nos asombramos cuando vemos tanta maldad y tanta confrontación humana?.

En lo personal yo le encuentro lógica a esa preocupación, pues uno quisiera que el ser humano al tener capacidad de discernir entre el bien y el mal, debería de inclinarse hacia hacer el bien. Pero la realidad es otra. Qué lástima. Sin embargo, creo que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Al contrario, los seres humanos unidos podemos hacer
mucho por la humanidad. Es una gran responsabilidad de quienes profesamos el
bien.
Preguntémonos. ¿Cuánto bien o mal se le hace a un nuevo ser en la vida fetal y al niño, al adolescente y a la humanidad engeneral? No solo en lo económico, sino en
lo biológico, moral y espiritual. También. Cuánto bien o mal hemos imprimido a nuestro entorno ambiental: flora y fauna? Y el desastre climático que se avecina, obra de quién o quiénes es?

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