Ms. Velva Taylor, miembro del Cuerpo de Paz de los EEUU en su juventud, vuelve a su pueblo Cañas, Guanacaste, luego de haber estado cumpliendo su
labor humanitaria y educativa en 1965 hasta 1967.
Un grupo de sus alumnos de entonces nos reunimos con ella para celebrar las inolvidables memorias que tuvimos, ya que con los años valoramos su gran entrega al pueblo.
Velva Taylor aparte de otras actividades sociales, daba un curso de inglés por la noche. Tuve la gran suerte de estar muy cerca de ella y del gran tesoro que tenía: un baúl enorme lleno de libros y revistas culturales. Mi avidez por la lectura me hizo pronto sumergirme en este mundo nuevo de imágenes e información. Conocí –luego supe quién era– a Jackson Pollock y el Action Paint. Curiosamente estaba por iniciarme en la abstracción, y el conocimiento inicial de otros artistas contemporáneos. Lo mejor de todo fue que me regaló un caballete para pintar paisajes, de los clásicos y que solo había visto en fotos. Entonces no se encontraba materiales para artes plásticas, espacialmente óleo, y había que conseguirlas en la capital, en la Librería Lehmann y Universal. Así poseer un caballete que era una maravilla de ingeniería, podía plegarse y montarse en pocos minutos. Tenía además una cajita de pino que aún recuerdo su olor.
Velva Taylor ejercía un trabajo social y de enseñanza del inglés en la escuela y el colegio. Era muy amable y cariñosa y se ganó la admiración de todos los que fuimos sus alumnos. Recuerdo que en la casa que le habían asignado, distante unos 100 metros de donde vivía, muchas veces hospedaba a estudiantes que vivían lejos del pueblo.
Gran Dama del Cuerpo de Paz
En la cena que tuvimos en su honor no hace mucho, en el restaurante Bastos, en Cañas, le expresé en pocas palabras lo que ella representó para todos nosotros. Mencioné que era como un faro de luz cultural. También hubo palabras de otros compañeros que recordaron su estadía y lo que significó para ellos haberla conocido.
Gracias al Lic. Edgar Porras quien oportunamente organizó este encuentro, luego de conocer la visita que haría doña Velva a nuestro pueblo Cañas, y el apoyo de sus hermanas, Grace, Marta, y de Marvin hermano menor, quien hizo una linda declamación poética. Pudimos compartir muchas vivencias con Antonio Jerez, a quien cariñosamente llamamos Toñito. También estuvo Arnaldo Gutiérrez, y Juan Cordero. Doña Adelita de la O, maestra ilustre, viuda de mi recordado y admirado amigo Chani Mora pasó a saludarla. Otros entrañables compañeros de generación. Podría haber estado más gente pero fueron pocas horas las que teníamos para organizarnos.
Velva Taylor tuvo unas cariñosas palabras de agradecimiento, en muy buen español. También recibió una llamada telefónica de uno de los jovencitos que tuvo en su casa, Joaquín Gerardo Núñez Moreira, mientras no podían volver a sus hogares debido al mal tiempo, y la falta de transporte. Ellos tampoco no olvidaron su altruismo y su entrega sin condiciones.
Fueron muy ciertas las palabras de Edgar Porras, mi compañero de escuela, en las que describía su humanismo y buen sentido de humor, y que personas así nunca serían olvidadas por el pueblo. La visita de doña Velva propició un reencuentro de sus viejos alumnos y las memorias de entonces. Una mujer así es inolvidable “Unforgetable memories” por sus aportes y gran cariño, poniendo muy en alto al “Cuerpo de Paz” de esos años. Muchas gracias Velva, siempre te recordaremos con admiración y aprecio en Cañas. Como dijiste al despedirte que volverás, también estaremos esperándote de nuevo.
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