Incendios forestales modifican negativamente el ecosistema

Los incendios de la vegetación de humedales y bosques asociados provocan la disminución de los niveles de infiltración y retención de agua en el suelo y producen una pérdida del carbono almacenado en la vegetación y del carbono y nitrógeno en las capas superficiales del suelo.

Estas pérdidas pueden demorar más de una década en ser recuperadas. Con el incendio aumenta la producción de carbón superficial y almacenado bajo tierra y se modifican los flujos gaseosos, la liberación del carbono (CO2) y de partículas (cenizas) a la atmósfera y al agua.

Mucho del material liberado precipita o escurre hacia los cursos o cuerpos de agua y provoca cambios en las concentraciones de nutrientes, la carga de sedimentos, el contenido de carbono y la concentración de metales.

Es por todo esto que los incendios en humedales, como los que ocurrieron en el Parque Nacional Palo Verde – ACAT  impactan negativamente sobre la calidad del agua del río  Bebedero y Rio Tempisque .

Todo el ecosistema se ve modificado, ya que, aun cuando los ambientes puedan parecer recuperados en los meses o años posteriores a los incendios, estos provocan cambios en la vegetación y en la composición de especies zoológicas (aves, anfibios, reptiles, mamíferos, invertebrados, etc.) e incluso, muchas veces facilitan el reemplazo de especies nativas por exóticas que crecen o se adaptan más rápidamente que las nativas, es decir, toda una modificación de la biodiversidad.

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