Los transeúntes, año tras año, inviernos y veranos, supimos lo que era sortear charcos y limpiar polvo fino en nuestra casa. Irregulares y bordeadas de montes y piedras de cualquier tamaño, las calles de tierra formaban parte del paisaje cotidiano de los junteños, dándole un cariz rural más definido.
A inicios de los setentas, casi sesenta años después de haber recibido el título de cantón, surge una importante iniciativa en el seno del Concejo Municipal, para realizar un novedoso proyecto, la verdad de gran envergadura, el más importante después de la construcción del puente de Caballo Blanco, en los treinta.
Ese proyecto fue la nivelación, ampliación y adoquinado de las calles del poblado. Nuevos aires de progreso llegaban por fin a la adormilada y emergente ciudad y sus barrios.
Al frente de las obras estuvo el entonces Ejecutivo Municipal Jorge Luis Segnini Sabat, (qdDg). Poco a poco surgen esas áreas renovadas, limpias y que dieron un aspecto bello y diferente a Las Juntas. Incluso eso le permitió ser considerada pionera en el uso de ese sistema de adoquinado.
El crédito adquirido por el Municipio, permitió tener su propia planta de fabricación de adoquines y contar con personal para hacerlos y renovar los dañados en caso necesario. Tarea de mantenimiento constante, le dieron larga vida al rey.
En Guanacaste, nuestro cantón marcó un hito, siguiendo a Santa Cruz, lo cual llama poderosamente la atención de los turistas que nos visitan. Lástima que pequeños parches grises de asfalto, van eliminando el adoquinado, lo cual rompe toda estética de esa obra de la cual nos sentimos orgullosos.
Es parte de la identidad de Abangares! Esperemos que lo siga siendo y no llegue el asfalto a igualar a este pueblo, con los demás.
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