Por Werlmer Ramos, ex diputado, ex ministro.
Recientemente y durante un fin de semana, hubo una feria en Fortuna de Bagaces, pero me resultó distinta a las tradicionales, por la alta participación del pueblo y diversidad de liderazgos a cargo, porque el objetivo no era el levantar fondos (aunque es un objetivo válido y necesario), sino enseñar, unir a la comunidad y mostrar sus talentos. Charlas sobre parques nacionales y
ecoturismo, especialmente la apertura del Parque Nacional Miravalles, con fauna y flora superabundante, las pailas hirvientes del volcán (hornillas), las cascadas, la belleza escénica, las aguas termales, etc.
Una Feria de emprendimientos bastante nutrida para promover las creaciones de la región y más allá, sin faltar las exquisitas comidas, en el Salón Comunal con música de la Banda Monumental de Bagaces y concierto de marimba, excelente para el oído y aún mejores para el alma.
La meta era compartir sanamente
También hubo desfile de yuntas de bueyes, de los que aún se mantienen trabajando en el agro y de los que como Alfredo Loria (Leña) están en el doble propósito: turismo y labores de acarreo. Vimos los concursos de canto y baile, sin escogencias previas, ni trámite alguno. En la plaza-parque. Sin licor, ni ventas en el sitio. Sin costo de entradas. Nos reunimos en comunidad, en familia y en familias y aplaudimos a todos y a todas.
Buenas voces y excelentes bailarines, costó elegir una pareja ganadora y mejor se premió a tres; el premio: tres entradas a las termales. Pero el premio fue un exceso, el objetivo era compartir alegría. Sin la presión de lo comercial y con la ausencia del licor, la feria cumplió la propuesta a cabalidad: unir, compartir, crear sentido de comunidad integrada.
Me gustó, disfruté la feria y me reuní con familias amigas que hace tiempo no compartíamos juntos. Espero que vengan muchas ferias más de este tipo porque así crecen las comunidades en cuanto a capital social y armonía.
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