Nació en Santa Cruz el 23 de julio de 1910 y falleció el 18 de octubre de 1995. Era el hijo mayor del hogar formado por Lauro Leal z. y por Fernanda Gómez g. Ciego desde su más temprana edad y dotado de una natural habilidad para la música. Aprendió muy temprano a tocar guitarra, la que ejecutaba con maestría.
Este atributo fue reconocido por músicos de fama como Roberto Cantillano, Jesús Bonilla, Adán Guevara, Jorge Luis Acevedo y el notable guitarrista y concertista argentino Jorge Cardozo.
Toda su vida la dedicó a la música, además de la guitarra, aprendió a tocar mandolina, el pícolo, la flauta traversa y el acordeón; además es reconocido como un notable compositor, del que urge rescatarlas del olvido.
La notoriedad de Polín trascendió las fronteras de Santa Cruz, es por eso, que en la década de los 30, el maestro Roberto Cantillano, Director General de Bandas, en una gira que hizo a Guanacaste, en compañía de los Maestros Daniel Zúñiga y Julio Fonseca, escucharon a este joven prodigio. Impresionados por este joven músico, aconsejaron a su padre que le permitiera viajar a San José, en donde él mismo le daría clases de música.
Inmortalizado por músico argentino
Con esta formación el maestro Cantillano, lo invitó a participar en varios conciertos que se habían programados en el Teatro Nacional. Sus presentaciones en esta joya arquitectónicas lo convirtieron en uno de los pocos guanacastecos que han participado en conciertos en este prestigioso Teatro. En estos conciertos de la Banda Militar, Polín participó en dos solos de flauta: El vals op.64 de Chapín y el Bolero del español Pessard con una ejecución exacta y sentida. Posteriormente, Apolinar Leal y Roberto Cantillano realizaron otras presentaciones en Radio Alma Tica.
De regreso a su terruño, Apolinar continuó su vida de músico acompañando a otros artista, presentándose en algunas radioemisoras o contratado en serenatas y fiestas familiares. En esa etapa de su vida, el maestro concertista argentino Jorge Cardozo, enterado de lo virtuoso en la música que era Polín, viajó a Santa Cruz, acompañado de Jorge Luis Acevedo. Después de esta visita, decidió inmortalizarlo con una composición musical que tituló “La Lustria de Polín”, composición a ritmo de samba, la cual la dio a conocer en escenarios de Argentina y España.
En su vejez era frecuente verlo acompañado de su hermano Isaac (Saco), también no vidente, con su inseparable guitarra, recorriendo las calles de Santa Cruz, siendo su primera parada la barbería de Antonio Briceño, punto imperdible para la tertulia e informarse del acontecer santacruceño. Como homenaje póstumo, le fue dedicada la XIV Semana Cultural de Santa Cruz, con fecha del 7 al 13 de enero de 1996. Para los efectos, se elaboró un plegable que ha servido de base para esta reseña.
Fuente consultada. Dormond Herrera, Randall. La guitarra en Costa Rica. Editorial UCR.
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