
La llegada del siglo XVI (1500), marcó en América el inicio del comercio de esclavos, primeramente, con la población indígena y posteriormente con la población africana que venía en barcos haciendo una extenuante travesía cruzando el Atlántico. El territorio que hoy es Costa Rica tambien estuvo infliencia por esa dinamica de explotación humana. En un principio los españoles esclavizaron a los indígenas, sin embargo, muy pronto este grupo autóctono disminuyó en cantidad debido a que eran exportados hacia las minas de Perú, otros fueron asesinados en los enfrentamientos con los europeos y muchos murieron con las nuevas enfermedades que habían adquirido, las cuales no existían en América.
Lo anterior, provocó una necesaria importación de mano de obra esclava africana por parte de los europeos, la cual tuvo presencia también en el territorio de Guanacaste. Recordemos que, la actual provincia de Guanacaste, durante el período colonial estaba divida en lo que era el territorio del Partido o Alcaldía de Nicoya, y luego losterritorios de Bagaces y Las Cañas que pertenecían a la provincia de Costa Rica. Así, en la temprana época colonial, Guanacaste fue un territorio que recibió a esclavos negros provenientes desde algunas regiones de África como El Congo y Angola. Por ejemplo, en una investigación de la doctora en historia de la Universidad de Costa Rica, Rina Cáceres, titulada El trabajo esclavo en Costa Rica, se afirma que para inicios del siglo XVII (1600), llegaron a Bagaces y al valle central, algunos negros comprados en Nicaragua y Panamá por la élite española.
En promedio, para finales de ese siglo, un esclavo negro se vendía por la suma de 300 pesos, los cuales eran muy cotizados en Cartago, en Matina y en las haciendas ganaderas de Esparza, Bagaces y Nicoya. En una nota de la Voz de Guanacaste, realizada por César Arroyo, también la historiadora Rina Caceres afirma que Guanacaste tiene una enorme influencia de las lenguas africanas, en palabras que contienen “mb” o “ng”, las cuales son de influencia bantu (lenguas habladas en África). Palabras como mondongo, marimba, panga, candanga, timba, matamba, quijongo, mandinga o moronga, son algunos ejemplos evidentes de lo afirmado en la nota, y de la influencia linguistica de África en Guanacaste. Nicoya como centro de investigación.
En la época colonial, el pueblo de Nicoya fue el centro político y social más importante de la Alcaldía o Partido de Nicoya, es muy probable que existiera mucha información documentada sobre la presencia de negros y mulatos cuyo origen se remontaba directamente desde África, sin embargo, dos incendios, el primero en la gobernación de Nicoya en 1767 y el segundo en la casa cural en 1783, destruyeron valiosa información como registros bautismales, actas de nacimiento o mortuales, en donde sin ninguna duda se documentaba la presencia de esclavos negros y mulatos en la región de Nicoya.
Por otra parte, el investigador nicoyano de genealogía guanacasteca José Marvin Cabrera Matarrita, realizó una investigación sobre un hombre nicoyano llamado Antonio Almeida, el cual antes de su muerte en 1624, declaró que tenía dos esclavos negros, Juan y Pablo de Almeida, los cuales después de la muerte de Almeida quedaron a cargo de un hombre llamado Domingo Constantino. Los dos hombres negros, podían quedar libres legalmente si pagaban la suma de 800 pesos, trabajando por cuatro años para Constantino, acarreando y aserrando madera. Los dos esclavos negros aceptaron las condiciones para obtener las cartas de libertad.
Es importante destacar que para el siglo XVII, en el golfo de Nicoya existía varios astilleros en donde se fabricaba fragatas en madera de cedro y pochote, y uno de esos astilleros estaba en Nandayure. Es muy probable que ahí también se utilizara mano de obra africana. Otra referencia de la presencia africana en Guanacaste se hace en una nota del periódico Mensaje, en donde por ejemplo en Bagaces, para mediados del siglo XVIII (1700), había presencia de negros libres de apellido Bran, los cuales luego (Liberia). Buscando las raíces africanas de Guanacaste, se evidencia una condición particular en Nicoya durante la época colonial, la cual consistía en una prohibición.
Los indígenas no aceptaban que vivieran ladinos (o sea todos aquellos que no fueran indígenas) ni tampoco que asistieran motivo, mulatos, negros y mestizos, comenzaron a poblar la región en las cercanías del río Diriá. Dada la petición a un prelado español, Mons. Morel y Santa Cruz que visitó esa zona en la época colonial, es así como se erigió una ermita en el pueblo del Paraje del Diriá que luego será llamado Santa Cruz, un sitio de negros y mulatos, algunos libres y otros esclavos, que adoptaron como su patron. En una nota que se hizo en La Voz de Guanacaste, la directora de la Compañía de Danza Huanacaxtle, Vera Vargas León, detalla que los bailes guanacaste danzas africanas, con marcados pasos fuertes, libertad corporal y el clavado de pies en la tierra. Además, el investigador Raziel Acevedo ha descubierto la música guanacasteca, sobre todo en la tradicional parrandera. También en los instrumentos como la marimba, el quijongo y otros de percusión.
Son muchas las evidencias actuales de la presencia africana en Guanacaste, documentos eclesiásticos como actas de nacimiento, bautizos o mortuales en donde se dejaba evidencia de la presencia de esclavos negros, como bien se evidencia en el cuaderno de Historia de Guanacaste en el siglo XVIII Bagaces, en donde el historiador Edgar Solano Muñoz nos muestra la presencia de esclavos negros dentro del tejido social bagaceño, al evidenciarse en la página 58 y 59, como el Pbro. Juan Guevara de origen nicaragüense y radicado en Cartago, declaró en 1716 en su testamento, poseer tres esclavos, muy probablemente de origen africano, llamados María, Baltazara y Ventura. Por ejemplo, en este aspecto, el mismo José Marvin Cabrera Matarrita, realizó un estudio genealógico sobre Manuel José Briceño Viales, el cual era el alcalde la Anexión o Agregación del Partido de Nicoya, el 25 de julio de 1824. En su investigación se pudo comprobar que la del siglo XVIII, dos esclavas negras que le fueron heredadas a su madre, Mauricia Viales. Ambas esclavas negras estaban valoradas para 1790 en la suma de 300 pesos.
Para dar una clara idea del valor de esas dos esclavas negras en Guanacaste, haremos la siguiente comparación: Valor de las dos esclavas negras para 1790 en Nicoya, 300 pesos. ¿Qué se podía comprar en esa época con 300 pesos en Nicoya?
Se podía comprar:
12 caballerías de tierra (540 hectáreas), valor 300 pesos.
12 mulas, valor 300 pesos.
60 caballos, valor 300 pesos.
150 yeguas, valor 300 pesos.
Lo anterior evidencia el valor monetario que tenían los esclavos negros en la sociedad nicoyana, y la capacidad adquisitiva que se debía tener para comprar un esclavo negro. Es importante destacar que, no solamente los españoles o criollos que vivían en Guanacaste o en el valle central, podían tener esclavos negros, también podían hacerlo mulatos o negros que habían adquirido poder económico en la sociedad colonial.
La presencia africana en Guanacaste se fue transformando en la época colonial, muchos esclavos negros pudieron adquirir la libertad mediante términos legales, esto permitió que, a través del tiempo, los negros y mulatos tuvieran movilidad social y se convirtieran en hacendados ganaderos, los cuales comenzaron a regir los destinos políticos en el Partido de Nicoya, como bien lo ha evidenciado en sus investigaciones el nicoyano José Marvin Cabrera Matarrita.
Guanacaste, es una tierra que, por las tardes de celaje, evoca un grito inefable, quizás sea la voz de aquellos africanos esclavos de otrora, olvidados de la historia y que hoy forman parte del tejido social guanacasteco. Se ha de terminar este texto, con una poesía de la escritora nicoyana Milagro Obando Matarrita, de su libro Noche sin Luna, primera edición.
PIEL.
El color de mi piel tiene nombre:
África, España y Chorotega.
¡Sudor, candor, alegría y fuerza!
Llanura inmensa,
el color de mi piel es fuego, carbón y tierra.
Es tiniebla, luto y tristeza.
Ingrata morena.
El color de mi piel tiene nombre:
Noche sin luna,
noche sin estrellas.
Milagro Obando Matarrita.
Noche sin luna.
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