El uso del hielo en la salud

Por Darner A. Mora Alvarado. Salubrista Público

Desde la existencia del ser humano el hielo ha sido utilizado como anestesia local para todo tipo de dolores como: esguinces, luxaciones, contracturas, espasmos, desgarres musculares y procesos inflamatorios. Las evidencias indican que hace más de 2.500 años, los primeros en emplear elementos fríos en el cuerpo fueron los antiguos egipcios. El uso de hielo: disminuye la circulación, la actividad metabólica y la inflamación y adormece la piel, disminuyendo el dolor, la inflamación, la hinchazón y calambres musculares.

Esta técnica de aplicación de frio en el cuerpo se denomina crioterapia definida como la utilización del hielo como frio curativo para distintos fines terapéuticos. Según los especialistas los principales efectos fisiológicos del hielo son: • La vaso-construcción sanguínea: para lograr disminuir el flujo de la sangre en la zona afectada, que evita considerablemente el sangrado y las hemorragias. La hipoxia tisular: provocando un estado de hibernación a causa del frio, logrando así disminuir las demandas metabólicas, la liberación de histamina y las necesidades de oxígeno. Este proceso, más la vasoconstricción mejora la desinflamación de la zona lesionada.

Atenúa el dolor mediante la acción prolongada del frio induciendo a una anestesia local. • Reducción de los espasmos musculares por la acción miorrelajante de las bajas temperaturas sobre la zona afectada. Ayuda a combatir la celulitis, flacidez, adiposidades localizadas, trastornos varicosos y linfáticos. • Atenúa las arrugas de la piel causados por alergias o dermatitis.

Por otro lado, de acuerdo con la aplicación adecuada del hielo, los kinesiólogos consideran que los mejores resultados se obtienen dentro de las primeras 48 horas de sucedida la lesión. Además, se recomienda lo siguiente: a) Aplicaciones de frio entre los 10 a 20 minutos, ya que pasadas estos el frio produce efecto similar al color, provocando vasodilatación revistiendo el efecto antiinflamatorio. b) El hielo debe usarse en estado de reposo y con un paño o una tela para evitar lesiones dérmicas o quemaduras.

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