
Por Elieth Montoya Gamboa. Docente, escritora, empresaria de turismo
De los antiguos negocios que se instalaron en Las Juntas con 72 años de existencia y que se ubica en el sitio inicial donde se abrió el local que acondicionara don Tránsito Centeno, para que su hija Susy, recién graduada de Doctora en Farmacia en la Universidad de Costa Rica, en 1953, pudiera tener su botica. Susy fue la primera graduada en esa carrera del cantón de Abangares y el local que se abrió frente al Mercado, en el mismo sitio donde funciona actualmente.
En Las Juntas, desde los inicios del poblado en 1890, muchos boticarios tuvieron sus negocios en la Calle del Comercio, entre ellos Cosme Salazar y mi abuelo José Gamboa. Eran los tiempos en que preparaban la mayoría de medicamentos en crisoles donde mezclaban los ingredientes de acuerdo a la enfermedad. Tenían recetarios en cuadernos, que consideraban un verdadero tesoro, todo calculado en microgramos, que pesaban en unas romanas pequeñas. Por eso cuando Susy llegó con su flamante título bajo el brazo, que muchos esfuerzos le costó a ella y a su familia, la comunidad tenía organizada una verdadera fiesta. Así fue como la moderna farmacia, empezó a ofrecer productos farmacéuticos, sin recurrir a la mezcla de ingredientes, amén de novedosos productos de belleza, lo cual la convirtió en uno de los negocios más prósperos.
Siendo niña, no olvido que sus ventanales eran decorados de acuerdo a las festividades de la Navidad, la Anexión de Nicoya y las esperadas fiestas de San Jorge. Se casó con Efrén Aráuz y procrearon 5 hijos. Toda su vida la dedicó doña Suzy al desarrollo de la comunidad. Como ya lo señalamos en otra oportunidad, fue promotora del Centro de Nutrición, la Asociación de Desarrollo, la fundación del Colegio Agropecuario y la Cámara de Ganaderos entre otros. Bueno, este comentario viene a raíz de que analizando las distintas edificaciones del Casco Antiguo, esta Farmacia es la única que sigue funcionando actualmente. Desde hace muchos años, casi treinta y cinco, siguió los pasos de su madre, su hijo Diego Tati Aráuz Centeno y su esposa Elba Corrales, que le han dedicado alma, vida y corazón a este negocio. Así dan ejemplo de esfuerzo y tesón, para consolidar el negocio que es herencia familiar.
Han realizado remodelaciones pero conservan la esencia estructural del negocio original. Es admirable el hecho de que ahora destaca como el negocio abierto, más antiguo manejado por la misma familia. Porque otros negocios han sido alquilados para otros fines comerciales distintos a los originales. Esperamos que sigan demostrando su espíritu tesonero!
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