La locura de ser escritora o escritor

Por Daniel Matul, docente UNA, escritor, investigador social y cultural

La literatura no es un club exclusivo ni una vitrina para quienes dominan el oficio como si se tratara de un secreto heredado. Cortázar lo dijo: escribir es lanzarse al abismo con los ojos abiertos, sin garantías de que el lenguaje alcance a sostenernos.

Por eso, cada voz nueva, aunque temblorosa, aunque imperfecta, es una sacudida vital en el cuerpo de la lengua y de las editoriales. La poesía no es endémica, no es una manifestación que se presenta exclusivamente en ciertas geografías (San José, París, Londres o Buenos Aires), no es una propiedad privada a la que se le pone una cerca y se alquila un grupo de policías o militares para que nadie más ingrese o pase hacia otros lugares.

La poesía no es una característica exclusiva de artistas urbanos, capitalinos o posvanguardistas. Decir que hay demasiados escritores y escritoras es olvidar que la escritura no nace solo para el aplauso, sino también para comprender, para protestar, para enloquecer a las fronteras que se imponen desde quienes desean blindar el disfrute de la expresión más humana que tenemos.

Que alguien escriba sin haber pasado por los códigos de ciertas cofradías o por los moldes y autorizaciones “de las élites” no es una amenaza; sino una hermosa posibilidad. Es la literatura saliendo de las vitrinas, de los frascos de conservas y bajando a la calle e irrumpiendo en ferias, salones, librerías, editoriales. Quienes deciden escribir sin el permiso de las editoriales, gurús, pontífices o liturgias excluyentes están abriendo caminos que aún no entendemos, pero aplaudimos. Cortázar nos enseñó a desconfiar del confort literario, de quienes dicen saber demasiado, de quienes levantan alambradas para que la literatura “no se pierda”.

La literatura no se defiende encerrándola, sino dejándola respirar. La literatura no es conservadora, sino, como decía Freire, un camino hacia la libertad. Democratizar los espacios literarios no degrada la literatura: la devuelve a su función más profunda. Si hay muchos
y muchas escribiendo, tal vez es porque hay muchas vidas que no caben en los géneros ni en las estanterías. Y eso, lejos de ser una amenaza, debe ser una celebración.

Celebro la irreverencia de quienes se abren paso entre esos muros que levantan en nombre de la “pureza” y “perfección” del acto de escribir. Que la Fiesta Nacional de la Lectura siga siendo el caballo de Troya para derribar los muros que se levantan para que solo pocos y pocas ingresen, disfruten y vendan. (Sé que me va a llover, pero, a mi edad, la lluvia también se disfruta).

Escribir no es exclusivo de élites cerradas

Así lo expresó la ciudadana Esmeralda Brenes, en un enjundioso texto, relativo a la publicación de un libro sobre 63 autores guanacastecos, que en un trabajo profundo, laborioso, meticuloso y por encima de todo, solidario y democrático, dio a conocer el Maestro, investigador social y cultural, Daniel Matul. “Te van a llover bendiciones y mucha gratitud de quienes al igual que vos, creemos en la democratización de la escritura.

Te lloverán también agradecimientos, quizás en silencio de quienes han sido maltratados por críticas destructivas inmerecidas. Gracias Don Daniel Matul por recordarle a quienes lo han olvidado, que escribir no es exclusivo de cerradas élites. Escribir es incluir, y usted lo hace muy bien a través de sus valiosos proyectos colaborativos, donde prevalece la igualdad, el respeto y la ayuda desinteresada.

Tengo amigos poetas que han sido groseramente maltratados por quienes se creen dueños del lenguaje poético. En Costa Rica a algunos les falta empatía, solidaridad y respeto. Pero a los narcisos les sobran sillas vacías en la audiencia, cuando se suben al podio del ego. Siga usted incluyendo, motivando y ayudando a otros, como lo viene haciendo. Yo copio su buen ejemplo dentro de lo que puedo, y otros gestores culturales nos hemos unido para apoyar la escritura en todas sus manifestaciones, como que otros despectivamente le quieran llamar; garabateros, poetas, escribientes, y más”.

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