Bajo el intenso calor de la bajura, monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora pidió agua o algún refresco para calmar la sed, mientras conducía la concurrida procesión con la imagen de la Virgen de Guadalupe, que se realizó el 12 de diciembre, como una tradición antigua del pueblo de Nicoya.
En su lugar, el Obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia, recibió un pequeño guacal con chicheme, bebida típica, de la bajura guanacasteca, elaborada a base de maíz pujagua, cuyo color es el morado.
Interesados en que el alto prelado, viviera la tradición nicoyana, los fieles también le ofrecieron una bebida, a base de chocolate, llamada “tiste”; elaborada con cacao, agua y miel de abeja.
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