Las Zonas Azules, donde viven las personas más longevas del mundo

Por Silvia Pardo

Un recorrido por sus paisajes plenos de naturaleza, aire puro y belleza, que dan lugar a generaciones de ancianos que disfrutan de sus capacidades físicas y mentales a pleno, más allá de su edad.

 

¿Qué tienen en común estos seis lugares: Loma Linda, California; la península de Nicoya, Costa Rica; Vilcabamba, Ecuador; Cerdeña, Italia; Isla de Icaria, Grecia y la península de Okinawa, en Japón? Son “Zonas Azules”, regiones del mundo donde sus habitantes son centenarios, pero sin hacer un cuidado especial de su salud.

En estos lugares se pueden encontrar octogenarios, nonagenarios y muchos centenarios, e incluso algunos supercentenarios (personas que han alcanzado los 110 años). Además, los índices de enfermedades coronarias, de cáncer y de demencia senil son sensiblemente inferiores a los del resto del mundo. Además de ser lugares que contribuyen a la longevidad, son tierras muy bellas, donde la naturaleza explota cada mañana, con aire puro, vegetación abundante, fauna típica, ríos caudalosos y mares azules. Por eso, también se las encuentra entre los destinos de turismo de muchos viajeros.

Estas son las zonas azules del mundo que bien vale visitar, no solo por su belleza, sino también por el bienestar que brindan en su estilo de vida tranquilo y saludable. La longevidad de los habitantes de las Zonas Azules se debe a varios factores entre los que se encuentran una dieta adecuada, la actividad física, vivir en comunidad y el manejo del estrés (Freepik) Península de Nicoya, Costa Rica El clima, la vegetación y las frutas tropicales que se comen en la Península de Nicoya, Costa Rica, son fundamentales para que muchos ancianos lleguen a centenarios (Pexels).

En Nicoya se halla la segunda comunidad de centenarios más grande del mundo. El clima, su vegetación y las frutas tropicales parecen ser el secreto de los centenarios del lugar. Los ancianos se benefician de la presencia del mar, del clima agradable, de la variedad de frutas, ricas en todas las vitaminas. Pero la vida cotidiana es dura. Sin grandes lujos, obliga a trabajar muy duro, pero tienen una red fuerte e intensa de relaciones familiares y sociales que son fundamentales para un envejecimiento saludable.

En la península de Nicoya además de los beneficios de la naturaleza, una red fuerte de relaciones familiares y sociales son fundamentales (Pexels).

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