Ese nombre tan particular para una mina, se ha atribuido a la abundancia de gallinas de monte que había en los prediales de esa parte de la Sierra Minera, conocidas como gongolonas. En las exploraciones que hacía la Compañía Abangares Gold Fields, se abrían constantemente nuevos túneles, donde se comprobaba en el laboratorio químico, la probabilidad de nuevas vetas para ser explotadas. Estamos hablando de fines de siglo XIX y principios del siglo XX.
Uno de los yacimientos más prometedores fue el bautizado como Gongolona. Alrededor del túnel fue creciendo un poblado, con su Comisariato y escuela. Es más, tuvo dos Comisariatos. Además, quebrador de Mazos, andarivel, líneas férreas para el paso de las locomotoras, que entroncaban con las minas de Boston y Los Mazos en La Sierra. Largas horas a caballo desde Las Juntas, hacían del recorrido un paseo atractivo en los meses de vacaciones. Había fondas famosas como la de Clara de Bertarioni, de sabrosa cuchara, para vender comidas a los mineros y a los visitantes, que también llegaban desde el Valle Central.
Veredas con altisonantes chicharras, el canto de los congos, trinos de abundantes y preciosos pájaros, hacían del empinado camino, resbaloso en invierno e igualmente peligroso en verano por el polvo, que se volvía espeso en esos tiempos. Todo era movimiento en la mina Gongolona, mineros que día y noche trabajaban en largas jornadas, para obtener el rico material aurífero que procesaban en el plantel Mazos de La Sierra. Me contaron que había un túnel ademado en el techo con piedras labradas, que nunca he podido conocer. Ese túnel comunicaba con la zona de procesamiento en lo que ahora es el Ecomuseo.
Cuando llegó el declive de la actividad minera en los cuarentas, entonces Gongolona, empezó a decaer, por la partida de las familias de los trabajadores, cada vez menos alumnos y el temido cierre de la escuelita y de los Comisariatos. Aún en los setentas hubo clases en las ahora abandonadas aulas. Escasos pobladores a quienes vender y paulatino fue el abandono de aquel Gongolona minero. Qué queda? Recuerdos viejos, jirón de olvido. Será que siquiera las gallinas de monte han quedado en aquellos predios solitarios? Y nuevos mineros esperan obtener ricos filones en sus antiguas galerías y pozos?
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