Los bailes de mineros en tiempos de la Abangares Gold Fields

Por Elieth Gamboa Montoya Gamboa. Docente, escritora, empresaria

El espíritu alegre de los mineros, a principios del siglo XX, a pesar de sus penurias y trabajos agotadores en los túneles y pozos de las minas, Bochinche, Año Nuevo, Tres Hermanos, Los Chanchos, Boston y muchas más, afloraba el día de pago!! Entonces había bailes en las calles del poblado de Las Juntas, el Salón de Perú, al terminar la Calle del Comercio, frente a Chepe Chan y otros salones improvisados. Los mineros que no salían ese día, iban a disfrutar de las marimbas en los Comisariatos de la Compañía. El amplio corredor entonces se convertía en salón de baile! Papucho fue el más famoso marimbero de aquellos años…

En el libro El hilo de oro, su autor José Gamboa recrea sus memorias de un baile de gala que hubo en Gongolona. El Presidente de la República, en 1915, don Alfredo González Flores, llegó a visitar la mina Boston. Minas con adelantos como la corriente eléctrica y majestuosas construcciones, eran dignas de visitar a menudo por personalidades de gobierno. Celebrando la visita del Presidente, se organizó un baile y muchos mineros de Boston fueron en el tranvía para Gongolona, que salía con los carros vacíos a recoger el mineral. Pasó el tranvía por el túnel de Kroping, bordeando el río Abangares y quince minutos después estaban en el baile.

En el patio del aserradero habían hecho una plataforma con piso de tablas bien cepilladas y los mineros lucían camisas blancas y pantalones engomados. Las muchachas sentadas en tucas labradas, esperando a los galanes para bailar al ritmo de una alegre marimba, mientras la luna llena eclipsaba la luz de los bombillos. En ese escenario se llevó a cabo el baile en honor del Presidente!

Empañado por la muerte de un joven minero enamorado, que se vio despreciado al sacar a bailar a la muchacha de sus amores y dolido no dudó en clavar el puñal en su propio pecho, con la angustia de aquella inmensa tragedia en ese día memorable… Y después, mientras el viento de enero se llevaba los sones de la marimba y los gritos por la muerte del minero, lluvia de estrellas y luna llena, de camino a las casitas blancas, soñando con el próximo baile de mineros! Y el tranvía? También los esperaba para aligerar el regreso.

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