Ejemplo de un país sin armas

Por Solón Chavarría Aguilar. Médico, escritor, poeta, político, diplomático

Los ticos llevamos muy dentro de nuestro ser los sentimientos de paz, libertad y democracia. Es más, la gran mayoría creemos fielmente que las disfrutaremos durante toda nuestra existencia y que las nuevas generaciones también las disfrutarán. Sin pensar en la temporalidad de todas las actividades del ser humano, incluyendo lo más preciado por todos. La vida.

Amamos tanto la paz que rechazamos los ejércitos y odiamos la guerra y lo peor pensamos que así deben de ser todos los ciudadanos del mundo. Pero la realidad de la historia humana nos dice lo contrario. Ejemplos ha habido, existen y habrá de sobra en todo el globo terráqueo.

En nuestro continente, incluyendo a los costarricenses del pasado, no hemos estado exentos de situaciones bélicas que han traído sufrimiento y muerte.

Es más en estos tiempos cuando todos los días las noticias en nuestro país son de un muerto por aquí y otro por allá, ha venido a encender las alarmas.

Parece que algo no anda bien. Uno se pregunta. Qué estamos haciendo mal para que se haya disparado tanta criminalidad en nuestro país?

Conociendo a la humanidad como un conglomerado de seres humanos buenos y malos, por lo tanto mensajeros del bien y el mal no podemos quedarnos tranquilos, ni con los brazos cruzados pensando que todos tenemos los mismos sentimientos, valores y creencias. Por el contrario, sin ser mal pensados, ni paranoides, ni malvados tenemos que prepararnos para la paz, no con armas porque eso solo prepara para la guerra.

Mientras tanto los pueblos sabios dicen. “Hay que pelar el ojo” “Ser humano precavido vale por dos” “Al que con leche lo queman hasta la cuajada sopla” “Hay que dormir con un ojo abierto”.  “Nadie valora en su dimensión lo que tiene, hasta que lo pierde” “Cuando el río suena piedras trae” “Más vale un buen amigo y buen vecino que tener plata”. Sin ir tan lejos echémosle un ojito a lo que sucede dentro de nuestro país y en el de los vecinos. Para nadie es un secreto que a lo interno de nuestras fronteras hay zozobra, temores, preocupaciones, cólera visible y reprimida, dudas, desconfianza, desilusiones, frustraciones.

Todos sabemos o sospechamos que en nuestro país hay mucho contrabando de dólares, drogas y armas o sea la corrupción en general campea acá y acullá. La perversidad en su máxima expresión. La sociopatía se pavonea por todo el entramado de las relaciones humanas: el hogar, el trabajo, las profesiones, instituciones, religiones y las organizaciones sociopolíticas
en general. También somos conscientes de que frecuentemente se presentan enfrentamientos: empresarios y trabajadores, gobernantes contra los gobernados más cuando se aprueban impuestos y se eliminan gollerías. El diálogo se ha perdido. “Prevalece el aquí mando yo”. “Aquí mandamos nosotros”. Ya no se respeta aquello de.

Y cuando el gobernante de turno trata de realizar cambios radicales en la constitución se alborota el avispero que, pican de una u otra forma a los ciudadanos, lo cual muchas veces se transforma en un pandemonio, pues con frecuencia el cincuenta por ciento puede estar a favor y otro tanto en contra del gobernante de turno. En ocasiones esa balanza se mueve hacia uno u otro bando. En Nicaragua de nuevo se ha estado impulsando la puesta en funcionamiento de un canal interoceánico, lo cual sería de un gran valor no solo para el desarrollo de ese país
vecino sino del nuestro y toda la región.

Ojalá eso fuera una realidad, porque ayudaría mucho en el crecimiento socio económico de los países de la región Centroamericana, a otros del continente Americano y más allá de nuestros mares. Para completar el desarrollo regional sería perentorio construir un “canal seco” (ferrocarril), que va desde Cuajiniquil en la Cruz Guanacaste a Parismina en Limón, como ya se ha pregonado desde muchos años atrás, no pudiendo hacerse realidad por múltiples intereses como han existido desde hace unos 200 años, de parte del interés nacional o internacional. Siendo las potencias mundiales las que más se oponen por intereses particulares.

Esa obra magna nos permitiría comunicarnos con Panamá en una forma expedita y de allí con los demás países de todos los continentes. Lo anterior debería llevarse a cabo mientras se va preparando la obra más importante de toda la región, cuál es la construcción de un tren moderno que comunique a México con Panamá. En la consecución de estos grandes proyectos es en lo que deberíamos trabajar unido y no, en impulsar un armamentismo desproporcionado de nuestros países que, no nos conduciría a nada bueno, todo lo contrario sería desastroso en lo político, social,
económico.

En conclusión, me parece que debemos de desarrollarnos juntos: Panamá, Costa Rica, Nicaragua y todos los países de la región, sin complejos de superioridad, ni inferioridad, pero no lo vamos a lograr si somos presa del egoísmo, prepotencia, lavado de dólares, del contrabando, narcotráfico, armamentismo, la pobreza extrema, ignorancia, corrupción, tanto como del odio, rencor, egoísmo y de la perversa “sed de sangre”.

Es más yo me atrevo a decir que si los políticos y quienes manejan las finanzas de los países líderes del mundo se reunieran con la consigna de mitigar la pobreza en todo el orbe terráqueo la situación cambiaría, incluyendo las patologías que están minando a la humanidad como son: las guerras, las migraciones desordenadas, la droga, el sicariato, el contrabando, pobreza extrema, deshumanización.

Al final debemos recordar que La Paz de los pueblos nunca ha sido eterna, siempre la debemos cultivar y abonar con mucho sacrificio, fe y compromiso. Para lo cual será conveniente prepararnos con un buen desarrollo económico, buenos programas de educación, salud y fuentes de trabajo, todo esto sobre las bases de la equidad, hermandad y la solidaridad. Si queremos vivir en paz actuemos con firme determinación en pro del desarrollo socioeconómico, científico, cultural y en contra de las armas. Fortaleciendo siempre nuestra espiritualidad. Si no como dice el pueblo. “Apague y vámonos”

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*