“Y el Guanacaste vio trombas de relinchos y de brama. Fueron cinco mil albardas que en la majestad del llano cabalgadas por centauros sembraron semilla hermana, llevando a polca los sueños. Albardas de cuero crudo, de teja, desvencijadas con tejuelos, sin vaqueta, eran trono soberano y que recuerda la historia en los Llanos de San Miguel.” (J. Ramírez Sáizar)
Así recordaba el poeta la epopeya— como el mismo lo dice—de los ideólogos de la Confraternidad Guanacasteca, que se reunieron en el Llano, donde hoy funciona el aeropuerto internacional Daniel Oduber, para soñar por un Guanacaste mejor…Se dice que fue la verdadera anexión de hecho de Guanacaste a Costa Rica.
De güila siempre que pasé por el Llano Grande mi tata nos decía aquí se construirá un aeropuerto que nos conectará con el mundo, que Daniel lo había visionado desde hace mucho tiempo y que sería la puerta de entrada y que sería una especie de eje de desarrollo para toda la provincia. Y por supuesto siempre salían a relucir los viajes a caballo de Liberia al pueblo de Comunidad de mi madre, maestra en la Escuela Pacífica García y sobre todo cuando su caballo atravesando el Llano se asustó con una culebra, se paró de patas.
Mi mama se cayó y el caballo cuando bajó le puso una pata en la cabeza y le dejó una cicatriz “en la coronilla” para siempre. Siempre nos imaginamos a mi mama echando sangre montada a caballo… Un día, posiblemente estaba yo en cuarto o quinto grado, cuando nos llevaron al “rin de la Cámara de Ganaderos” en Liberia, a escuchar una conferencia sobre el futuro y ahí un señor de saco y corbata, creo que mexicano, nos mostró unos modelos de aviones, de esos de armar, y contó ante la mirada incrédula de montones de güilas de mi edad que en el futuro no muy lejano uno podría almorzar en París y cenar en Nueva York.
Lo que menos me imaginé era que uno podría almorzar en Zúrich o en Londres o en Frankfurt o en Bruselas y cenar en Liberia o en cualquier otro lugar de nuestro Guanacaste eterno, ¡a un vuelo de distancia! y que donde aterrizarían los aviones está hoy el aeropuerto Daniel Oduber a escasos 3 kilómetros de donde estábamos sentados con la imaginación a toda marcha…
¿Cuántos años han pasado desde entonces? ¿50? Y desde la epopeya de los 5.000 que vinieron desde todos los confines de la Provincia, a caballo, a pie, en carreta ¿77 años? ¿a cambiado la cosa? Ciertamente Guanacaste no tiene los peores indicadores sociales del país, “somos el menos malo”, pero tampoco son los mejores, teniendo todo para ser la provincia con los mayores. El índice de pobreza promedio del país es 23% y el de Guanacaste es 26,2% ¿Ante los indicadores que hoy tenemos podemos llorar y patalear o alistarnos para el futuro como lo hicieron los 5.000 manifestantes en 1937? Las cinco mil albardas que se reunieron en el Llano..
¡Sin duda alistarnos para el futuro, sin duda, es lo que corresponde! Pero ya, porque mañana es tarde… Celebrar los 200 años de la Anexión nos tiene que hacer pensar en algunas cosas para que en los próximos años la situación actual cambie, y se podría tomar Llano Grande, por seguir la tradición, como el punto nodal de desarrollo, porque este sitio nos recuerda que fue en donde, el doctor Francisco Vargas Vargas lanzó el grito de protesta más elocuente por el estado de abandonado, pobreza y miseria que atravesaba Guanacaste…”
En Llano Grande ya se encuentra un centro de la EARTH, Ad Astra (laboratorio de hidrógeno y plasma) y muy cerca sedes de universidades
públicas y privadas, parques nacionales, hospitales, hoteles y hospedajes y otros servicios y facilidades necesarias para marchar con fuerza en nuestra ruta hacia un futuro mejor, en donde el bienestar de la mayoría sea la estrella que nos guie:
1-Tenemos que ser una sola provincia, unida bajo una misma bandera, de la altura, a la bajura, de la bajura a la península y de la península a las islas. Un solo Guanacaste.
2-Ser la potencia forestal del país, esto significa conservar, reforestar y utilizar racional y sosteniblemente los bosques
3-Ser la potencia energética: solar, eólica, geotérmica, biomásica e hidrógeno
4-Ser la potencia ecoturística basada en agricultura climáticamente inteligente que permita darle de comer a todos los que nos visitan utilizando el saber tradicional, el agua de una forma inteligente y sobre todo sembrar de manera eficiente y amiga de la naturaleza
5-Las sedes regionales de las universidades que tenemos convertirlas en sistemas STEM, donde se integre la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática, lo que nos permitiría, entre varios, convertirnos en el centro del trópico seco de investigación climática, para dar las pautas de adaptación al cambio climático y en un centro especializado de atención a aviones (construyendo nuevos motores, dando mantenimiento y otros)
6-Guanacaste bilingüe. El ecoturismo, como ya lo hemos visto en las zonas costeras, favorece que mucha gente hable inglés, es tiempo de convertirnos en una sociedad bilingüe que sin olvidar nuestras raíces y nuestras tradiciones, tengamos la capacidad de conectarnos con el mundo y brindar servicio de alta calidad
Y desde Llano Grande para el mundo, gritemos con fuerza: aquí estamos con la mirada puesta en el futuro y repetir llenos de entusiasmo:
¡Guanacaste! tierra mía
Llena de sol y de aurora,
Donde hasta el niño que llora
Pone al llorar, alegría…!
¡Hombres de los llanos, reyes!
¡Morenas de esbelto talle!
¡Niño que guía en la calle
Robusta yunta de bueyes!
Marimbas que yo venero
Como el alma de raza.
Muchachos que van de la caza
Con un perro garrobero!
Marimba, juco y quijongo
Que cantan con sentimiento
Mientras frenético el viento
Silba en las velas de un bongo.
¡Dichos de la tierra mía!
¡Alas de dulce canción,
Donde en cada corazón
Sabéis poner alegría!
GUANACASTE, GUANACASTE
GUANCASTE, TIERRA MÍA.
(Poesía de Rodolfo “Fito” Salazar Solórzano, mi abuelo)
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