La antigua ruta del oro en Abangares

Por Elieth Montoya Gamboa Educadora, escritora y empresaria

Desde La Sierra de Abangares, que desde fines del siglo XIX, fue el centro de procesamiento industrial del oro extraído en las montañas de Tres Hermanos, Tres Amigos, Gongolona y otras minas, se realizaba un viaje minuciosamente planificado, para llevar las barras de oro hasta el Puerto de Manzanillo.
Las mulas traídas por la Compañía Minera Abangares Gold Fields, eran grandes y las tenían bien cuidadas en una cuadra especialmente destinada a ellas. Cuando algunas estaban delgadas o enfermas, las llevaban a la Hacienda El Botadero, para alimentarlas mejor y recuperarlas.

Siempre las mulas se cargaban para salir en horas de la madrugada, llevando su carga preciada. Ahí iba el fruto del sudor de los mineros, que daban su vida en los socavones lóbregos y asfixiantes. Largas jornadas eran necesarias para lograr el valioso cargamento. En el laboratorio llamado La Química, fue durante muchos años Mr Richmond el administrador. Se encargaba de dirigir las labores de fundición del mineral y al final se obtenían las barras de oro.

Siempre en el portón de hierro que accedía al área de Los Mazos y del que por cierto solamente quedan las armellas de recuerdo, había dos guardas armados, que cuidaban ese acceso. A inicios del siglo XX, estuvo a cargo de las mulas, Alomar. Cepillaba con dedicación su pelaje, a sabiendas del viaje que emprenderían a la señal de su jefe. Siempre se alistaban las alforjas de cuero, para llevar asegurado el rico cargamento. Varias mulas formaban una recua, que en horas de la madrugada emprendían el viaje al Puerto de Manzanillo.

Lentamente, seguían el camino desde La Sierra, rumbo al Congo y La Chicharra, por el camino viejo, saliendo adelante del actual cruce de La Irma, hacienda de Mr Milton Cornelio Duhann y por el camino ancho que llevaba a Manzanillo, paso a paso hasta llegar al Puerto en horas tempranas a esperar la lancha que llevaría el cargamento. El camino de aquellas mulas, fue motivo de asaltos, conocedores los malhechores de la riqueza del cargamento. Cuentan que en una oportunidad, un asaltante apodado Culebra, a la altura del Congo, asaltó a la guardia y se robó una barra de oro. Según cuentan nunca lo pudieron capturar y se estableció en Puntarenas. Puso un negocio y en la trastienda vivía, hasta que se dio un incendio y ahí perdió la vida, sin saberse nada del oro robado.

El destino final de los valiosas barras de oro era Estados Unidos, a bordo primero de una lancha, abordaban el ferrocarril hasta la capital, de ahí a Puerto Limón y un flamante barco de la gran Flota Blanca de la Compañía United Fruit Company, propiedad de Mr Keith, lo llevaba hasta su destino final. El viejo camino de Manzanillo, puerta de entrada y salida de las famosas minas de Abangares, fue la más conocida Ruta del oro!

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