
Los electrodomésticos se han convertido en herramientas indispensables para realizar tareas domésticas como cocinar, lavar o limpiar. Estos aparatos, que han revolucionado la vida en el hogar, siguen avanzando con nuevas tecnologías que buscan facilitar las actividades diarias y aprovechar mejor el tiempo. No obstante, un aspecto poco mencionado del aumento en su uso es el impacto que generan en el gasto de energía. Muchos usuarios ignoran que varios aparatos continúan consumiendo electricidad aunque estén apagados.
Este fenómeno es conocido como standby o consumo fantasma y ocurre porque los dispositivos permanecen conectados a la corriente eléctrica, incluso sin estar en funcionamiento visible. En ese orden, se presenta un electrodoméstico que, aunque pequeño y aparentemente inofensivo, puede representar un consumo elevado de energía si no se manejan correctamente, según un análisis realizado por inteligencia artificial, que profundiza en las razones detrás de este fenómeno.
El horno microondas se ha convertido en un electrodoméstico indispensable en las cocinas modernas. Su practicidad para calentar, descongelar y cocinar alimentos en minutos lo hace una herramienta de uso diario. Sin embargo, pocos usuarios saben que este aparato sigue consumiendo electricidad incluso cuando no está en funcionamiento. Este fenómeno se debe al “consumo en modo de espera” o stand-by, una característica que mantiene activos varios componentes internos del microondas, como el reloj digital o el panel de control electrónico.
Aunque el gasto individual pueda parecer mínimo —alrededor de 2 a 5 vatios por hora—, su acumulación a lo largo del mes puede incrementar notablemente la factura de energía. En ese contexto, dejar el microondas conectado de forma permanente implica más que un simple derroche de energía. Los técnicos especialistas advierten que la conexión continua también puede reducir la vida útil del aparato.
El panel de control electrónico, los sensores y otros componentes internos se mantienen parcialmente activos cuando el microondas está enchufado, lo que genera un desgaste paulatino. Por ello, desconectar el microondas después de cada uso puede parecer un esfuerzo innecesario, pero representa una de esas pequeñas acciones cotidianas que, acumuladas en el tiempo, pueden generar un ahorro significativo. Se estima que un hogar podría reducir su factura eléctrica entre un 2 % y un 5 % solo tomando la medida de desenchufar los aparatos que permanecen en modo de espera, incluidos el microondas, las cafeteras eléctricas, las tostadoras y otros dispositivos similares.
Fuente. Semana de Colombia
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