El Sendero Noventa y Nueve, por su nombre, es una forma expresiva que fundamenta un momento histórico en el Área de Conservación Guanacaste. Representa la materialización de una manera de hacer conservación, reconocida en su designación como sitio Patrimonio Natural de la Humanidad.
Este sendero se sitúa en el Área de Conservación Guanacaste (ACG), y su simbolismo evoca la curiosidad por su nombre atípico, despertando la pregunta: “¿Por qué su nombre?”. Parque Nacional Santa Rosa
Este sendero nos transporta a Santa Rosa, considerado el corazón de esta Área. Este sitio logró los criterios de Valor Universal al representar procesos ecológicos y biológicos en curso, evidenciando la evolución y el desarrollo de ecosistemas terrestres, acuáticos, costeros y marinos, y manteniendo la conectividad en un solo trayecto de área silvestre protegida que abarca 168 mil hectáreas.
En 1999, el ACG fue aceptada y declarada Patrimonio Natural de la Humanidad, tras someterse a un proceso de evaluación técnica llevado a cabo por un grupo consultivo de la UICN, entidad asesora del Comité de Patrimonio. Ser Patrimonio Natural de la Humanidad plasma un modelo de conservación de Valor Universal Excepcional, como lo representa el ACG, que ostenta una importancia cultural y natural tan extraordinaria que trasciende las fronteras nacionales y adquiere relevancia para las generaciones presentes y venideras de toda la humanidad.
Conocer un sitio de gran belleza
En este contexto, el Sendero Noventa y Nueve tiene como objetivo acercar a los visitantes a la experiencia viva que implica el manejo de un área silvestre protegida. Esto se logra ejemplificando las transiciones regenerativas de un paisaje cultural y natural mediante la observación de comunidades vegetativas, fauna tropical y vestigios de la histórica hacienda Santa Rosa, transformados en manejo y conservación de ecosistemas.
En la actualidad, el Sendero Noventa y Nueve está en proceso de desarrollo como una experiencia de visita, buscando absorber las vivencias que definirán el verdadero sentido de un recorrido sin prisas, a través del contacto directo con la naturaleza que narra la
resiliencia del bosque tropical seco y su ecología.
Al comprender el sitio, se materializa lo expresado en el criterio X de la designación: “Protege la mayor, mejor preservada y más representativa muestra de bosque tropical seco mesoamericano, un ecosistema altamente vulnerable y en riesgo de desaparecer. Además, contiene el más intacto ecosistema marino-costero del Pacífico entre la zona del canal de Panamá y México, con importantes corrientes de surgencia extremadamente ricas en nutrientes.”
¿Qué se puede observar? Se pueden apreciar bosques con zonas de crecimiento secundario y áreas de mayor madurez, lo que permite transitar desde espacios abiertos con poca sombra hasta zonas de mayor verdor y frescor, incluso en la época seca. Se observa la presencia de árboles como los higuerones y sus amigos, la caoba y sus semillas aladas, las semillas bailarinas del peine de mono, la magia amarilla del poro-poro, la alianza nocturna del jícaro y los murciélagos, la piel del indio desnudo, los secretos del terciopelo, el gigante espinoso, los robles encinos, entre muchos otros.
El sendero también permite realizar observaciones de avifauna, explorar la ecología de las quebradas estacionales, escuchar cantos de ranas en época lluviosa y visitar una laguna artificial que data de tiempos de hacienda ganadera. Además, se pueden apreciar procesos naturales de dispersión de semillas, floraciones y la presencia de mamíferos, reptiles, entre otros. El sendero está dirigido a turistas, principalmente a caminantes dispuestos a invertir de 2 a 3 horas de recorrido. No está recomendado para personas acostumbradas a caminatas ligeras de poca duración.
Realizar reservación en línea: https://reservaciones.acguanacaste.ac.cr/es/santa rosa o al teléfono 8886 9510 Reservaciones ACG
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