La Maestra, María Flora María Acevedo Álvarez, recibió un merecido y emotivo, homenaje, por parte de las Damas del Club de Leones de Liberia, el sábado 9 de noviembre, por su destacada y filantrópica labor en entidades de bien social, donde se demuestra el verdadero amor al prójimo. Se le premió merecidamente por una larga vida de participación y ayuda en programas, proyectos y actividades en beneficio de la gente que necesita el apoyo espiritual y material.
Doña Florita, fue de las grandes educadoras que dieron lo mejor para formar niños útiles a la sociedad. El homenaje en su pueblo natal, se origina en que integró desde el primer momento, la junta directiva que puso a andar el Hogar de Ancianos de Liberia, que está muy consolidado y brinda un servicio de excelencia a los adultos mayores. Ella es la única sobreviviente de ese maravilloso grupo filantrópico que se entregó con amor a los adultos mayores. También integro el Grupo de Damas Voluntarias del hospital Dr. Enrique Baltodano Briceño, en una labor abnegada de apoyo a los enfermos.
Doña Florita viuda de Abellan, formó parte del estupendo grupo de Damas que cada diciembre, con motivo de la patrona del pueblo, la Concepción de Marúa, hacían realidad el histórico Turno Parroquial, que hizo posible construir la actual iglesia católica. Y no se puede divulgar porque ella es muy discreta, la ayuda que siempre ha brindado a muchas personas y familias en privado, como una herencia que recibió de su madre, doña Amira Álvarez.
A sus 94 años con una salud de primera y feliz de estar en este mundo, haciendo el Bien, doña Flora María recibió el homenaje con humildad y gratitud, en compañía de su hijo Luis Fernando, familiares y amigos. Dentro de su alegría que vivió en esa tarde, evocó con amor profundo, la ausencia física de su hijo mayor, el licenciado Edgar Antonio Abellán Acevedo, su amado Garito.
Felicidades doña Florita porque los homenajes se hacen en vida y José Marti, decía que honrar honra: las Damas Leonas de Liberia, al honrar a este gran Dama liberiana, también se honran.
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