Todavía el viejo edificio de madera, da la bienvenida a los que llegan desde La Sierra, Monteverde, Tres Hermanos, Gongolona y Tres Amigos. Desde los inicios de los años treinta, reina en la margen del río Abangares!
Me contaban, que el Caballo Blanco fue en sus inicios un famoso centro social, donde se hacían bailes de la antañona sociedad de Las Juntas. Fue un día de 1936 cuando se hizo la pomposa inauguración, previa repartición de invitaciones con lujoso borde dorado.
Mamá de tan sólo doce años, el día del baile, por no tener edad, sólo fue al puente con mi abuelo José, a ver pasar el desfile de fantasía de los jóvenes y no tan jóvenes de aquella época: iban vestidos de campesinos, de piratas, payasos y de cuanta idea se les ocurrió, para lucir sus mejores trajes. El maestro de sexto grado don Jorge García, iba vestido de diablo y asustaba a los chiquillos!
Después, con la famosa Banda de San Ramón, las cadencias de los valses, danzones y mazurcas, alegraron la noche del pueblo, que soñoliento esperaba el final de aquel esperado baile! Años después, el salón lo tuvieron distintos dueños, como Manuel Ceba, Jorge Ledezma y Hugo Huertas. Se fue transformando en un bar popular, que sigue siendo el sitio emblemático de encuentro de muchos que llegan a celebrar haber encontrado una veta de oro o no haber encontrado nada en la mina.
Fue atendido muchos años por Florentino Bello, quien dedicó parte de su vida a comprar objetos relacionados con la minería y tuvo una bien cuidada colección! Hoy sigue resguardando el Monumento al Minero Desconocido, ahí, en la rotonda donde se reúnen cada mañana los coligalleros, que viajan con ilusión, al túnel que les espera misterioso y amenazante!!
Qué bueno que los dueños de Caballo Blanco, protegen esa emblemática herencia del pueblo de Las Juntas.
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