Los costarricenses celebramos este 25 de julio, doscientos años de la integración del Partido de Nicoya, o sea, de la “nación nicoyana” a la “nación costarricense”. Según nos refiere el historiador don Raúl Arias, gran estudioso de los sucesos históricos del 25 de julio, lo ocurrido aquí no fue una anexión, fue una integración, una unión de una ciudadanía, de un territorio llamada Partido de Nicoya, perteneciente igualmente a la Capitanía General de
Guatemala, a la nacionalidad costarricense que estaba apenas en proceso de construcción.
La integración del Partido de Nicoya, un acto de amor. Estamos celebrando doscientos años, igualmente, así como lo hizo Costa Rica
hace apenas tres, de vida independiente junto a su hermana “mayor” Costa Rica, lo que lo convirtió sin duda alguna en un acto de amor y de amistad, donde el balance de los pros y los contras, arrojó un saldo favorable hacia la integración.
Según don Raúl Arias, no se puede hablar en este caso de anexión. Nos dice don Raúl que se entiende anexión, cuando es un acto forzado generalmente por el uso de las armas. Eso no fue lo sucedido en el caso de Nicoya. Todo lo contrario, se trató de un acto de buena voluntad de los líderes y comuneros de aquellas tierras, al territorio y nacionalidad costarricense.
Hago esta introducción, porque mis amables lectores han de tener en cuenta losucedido con otros territorios y otras nacionalidades que hoy se constituyen en países, sin importar en tamaño de su territorio. Para que estemos claros, Singapur, uno de los países más ricos de la tierra, es un poquito más pequeño en territorio que la provincia de Guanacaste, lo mismo que Taiwán, Hong Kong y Macao. O sea, Nicoya, Santa Cruz y Guanacaste podrían estar a estas horas compartiendo la misma suerte de ser un país, así como los tigrillos asiáticos.
Lo que quiero establecer, es que estamos felizmente celebrando el bicentenario de un acto de amor y solidaridad entre dos nacionalidades que unieron sus destinos con la esperanza de que juntos les fuera mejor. En otras palabras, los visionarios nicoyanos, apostaron a la integración con Costa Rica, y dijeron, como lo cantó el poeta uruguayo Mario Benedetti:
Sólo imagina lo
Precioso que puede
Ser arriesgarse
Y que todo salga bien.
No tengo la mejor duda que durante estos 200 años, la unión de Nicoya con Costa Rica les ha traído numerosos logros y ventajas a ambas partes, así como oportunidades de desarrollo y crecimiento.
Logros y ventajas
La incorporación de Nicoya y Guanacaste a Costa Rica ha fortalecido la identidad nacional y enriquecido la cultura del país. La gastronomía, la música, la literatura y el folclor guanacasteco se han convertido en parte integral de la cultura costarricense. Además, la riqueza biológica y natural de Guanacaste, con sus parques nacionales, reservas, refugios y playas, se ha convertido en un atractivo turístico de renombre internacional.
Económicamente, Guanacaste ha sido un motor de desarrollo para Costa Rica. La agricultura, la ganadería y el turismo han sido pilares fundamentales de la economía provincial y nacional. La Hacienda Santa Rosa, cuna de la defensa de la soberanía, independencia y libertad de Costa Rica, es un símbolo de la importancia histórica de Guanacaste.
Oportunidades
El Bicentenario ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el impacto de la anexión en la vida nacional y para planificar el futuro de la provincia. Se deben organizar foros, mesas redondas, conferencias y eventos en cada uno de los cantones de la provincia que permitan discutir temas como la identidad, el desarrollo sostenible, la educación y la innovación.
Además, el Bicentenario puede ser una plataforma para promover el turismo sostenible en Guanacaste. Se pueden desarrollar rutas turísticas que combinen la historia, la cultura y la naturaleza de la provincia, generando oportunidades de empleo y desarrollo económico para las comunidades locales. Me uno emocionado a la celebración de este evento histórico llamado bicentenario que selló para siempre el destino de ambas nacionalidades.
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