Con una población alrededor de 393,893 habitantes (el 7.7% del país) en un espacio de 10,189 km2 (el 19.9% del territorio nacional), los 120,294 hogares de Guanacaste no terminan de experimentar los grandes beneficios que en décadas atrás nos prometieron varios gobiernos, con el Gobierno con el arribo del turismo, sustituyendo el dominante sector agrícola de entonces que era el sustento de la mayor parte de la población, por la llamada “gallina de los huevos de oro” que se nos vendió,
La misma que solo pone en patio ajeno (1). Ha sido evidente que “el crecimiento vertiginoso del turismo en Guanacaste y los distritos peninsulares, si bien obedeció a políticas públicas del Estado costarricense, no fue planificado adecuadamente por las instituciones y municipalidades respectivas, que no se prepararon para afrontar las nuevas construcciones, demandas de servicios y de recursos como el agua, la energía, manejo de residuos sólidos, reformas en la curricula educativa, entre otros aspectos” (2), por lo que todavía seguimos arrastrando las consecuencias de ese desorden institucional.
Tanto el AyA como las ASADAS han tenido mucha presión para otorgar disponibilidades hídricas que satisfagan la demanda incontrolable no solo por parte de los desarrollos turísticos propiamente, sino también de los municipios, del ICT, de las Cámaras de turismo, de las autoridades políticas de la institución y de las mismas personas que laboran o prestan servicios en el sector y que se han trasladado para vivir en las áreas aledañas.
Soñar con empresas exitosas
Y la presión continúa de manera acelerada y alarmante. Si bien es cierto que muchos jóvenes, la mayoría de ellos sin estudios superiores, reciben los beneficios económicos de un salario mínimo que ofrecen la mayoría de hoteles, restaurantes, bares y espacios dominados por la oferta turística, la mayor parte de familias guanacastecas ven con asombro cómo los municipios e instituciones del Gobierno se esmeran en mejorar las calles de acceso a los grandes desarrollos, pero tienen en el olvido los caminos comunales, el avance de la electrificación, del servicio de agua potable, del saneamiento, del internet, mejoras en las escuelas y en la oferta educativa, en fin, no se apuesta por un desarrollo comunal integral.
Mientras el 100% del sector turístico goza de la mejor señal de internet y se preparan con entusiasmo para recibir pronto la señal 5G de alta velocidad, el 77% de las viviendas en Guanacaste todavía no tienen internet. A diferencia de otras provincias con más y mejores centros educativos, en Guanacaste la escolaridad promedio es de 9 años, siendo el bachillerato un grado excepcional en poco menos de la mitad de la población menor a 39 años, además de que no son muchas las carreras universitarias que se pueden concluir en los centros educativos superiores, dejándose la Meseta Central la mejor oferta académica nacional.
Tenemos claro que soñar con empresas o emprendimientos exitosos en Guanacaste es más difícil que en el resto del país, siendo aún más baja la probabilidad de su supervivencia en los cantones de Tilarán, Hojancha y Nandayure. Con excepción de Liberia y Santa Cruz, el resto de cantones manifiestan un bajo desempeño económico, y algunos comienzan a experimentar altos niveles de delincuencia y violencia (Liberia, Santa Cruz, Carrillo, La Cruz y Nicoya).
Granos básicos primeros en exportación
En el Polo Turístico Papagayo, que se maneja como “un país independiente dentro de Guanacaste”, se mueven grandes cantidades de inversiones y dineros sin la debida supervisión de las entidades reguladoras, dejando decisiones trascendentales a la discreción de directivas montadas por los partidos políticos gobernantes.
Sin que la población de Guanacaste ni los municipios más afectados (Liberia y Carrillo) “tengan vela en este entierro” ni reciban los justos beneficios que corresponderían a los impuestos territoriales y de construcciones, que siguen siendo supervisadas por entes extraños y parcializados, como son el ICT y directivos con intereses económicos personales en la región.
El empleo en actividades agropecuarias en Guanacaste pasó de representar alrededor de un 70% en la década de los 70´s a solo un 25% en el año 2001, y un 13% en el 2017, mientras que el empleo en el sector turismo creció del 9% al 13% en el mismo período, llegando estos últimos años al 15% de la PEA, pero sin lograr nunca absorber el alto porcentaje de la población que abandonó la agricultura (50%).
Los principales productos de exportación de la Región Chorotega siguen siendo los granos básicos (arroz y frijoles) y la caña de azúcar con sus derivados, además del melón, jugos y concentrados de frutas, filetes y demás carnes de pescado, sandías frescas, alcohol etílico, alimento para animales, cementos sin pulverizar (clinker), madera aserrada o devastada longitudinalmente, cortada o desenrollada, madera en bruto, otros alimentos destinados a usos médicos, mucílagos y espesativos de algarroba o de su semilla, los demás cementos portland, mangos y harina de pescado, según PROCOMER (2021).
Ya nadie pone en duda que los recursos naturales son claves en el posicionamiento internacional del turismo, dándose mayor presencia de turistas en las poblaciones cercanas a las áreas de conservación con mayor visitación, siendo Volcán Tenorio (6.5%) y Rincón de la Vieja (4.6%) de las más visitadas en Guanacaste. La provincia “cuenta con cuatro Áreas de Conservación: una parte del Parque Nacional Volcán Arenal del Área de Conservación Arenal Huetar Norte (ACAHN), el Área de Conservación Guanacaste (ACG), el Área de Conservación Arenal Tempisque (ACAT) y el Área de Conservación Tempisque (ACT).
Acuíferos contaminados o sobreexplotados
También nueve parques nacionales, (Palo Verde, Volcán Tenorio, Miravalles, Guanacaste, Rincón de la Vieja, Santa Rosa, Barra Honda, Diriá y Marino Las Baulas); 12 Refugios Nacionales de Vida Silvestre (Bahía Junquillal, Corredor Fronterizo, Camaronal, Caletas Ario, Conchal, Iguanita, Cipanci, Mata Redonda, Ostional, Werner Sauter, Caletas Ario, Ostional).
Además, una Reserva Biológica (Lomas Barbudal); una Estación Experimental Forestal Horizontes; cuatro Humedales (Lacustrino Río Cañas, Zapandí; Palustrinos Corral de Piedra y Laguna Madrigal); una Reserva Natural Absoluta (Cabo Blanco); tres Zonas Protectoras (Abangares, Miravalles y Tenorio y Arenal Monteverde) y una Reserva Forestal (Taboga)” (3).
El Estado debiera invertir mucho más en mejorar los accesos a estos lugares, dotar de electricidad e internet sus oficinas, nombrar más guardaparques y personal necesario para su mejor funcionamiento y sobre todo promocionarlos, facilitando el acceso del turismo local e internacional, al mismo tiempo que se beneficie a las comunidades aledañas con emprendimientos compartidos y la dotación de servicios no esenciales de estas áreas (parqueos, sodas, souvenirs, guías turísticos, etc).
De la misma forma los municipios, el ICT, SENARA y el MINAE deben controlar mejor el desarrollo desordenado que se sigue dando en la zona costera, que continúa afectando la biodiversidad y las fuentes de agua potable, acelerando la contaminación de las aguas subterráneas.
“En general, en la zona costera de Guanacaste, donde se está produciendo un acelerado desarrollo turístico, encontramos acuíferos con capacidades de almacenamiento muy restringidas y muy susceptibles a la contaminación, especialmente por intrusión salina y materia fecal.
Actualmente, varios acuíferos se encuentran con grados importantes de contaminación o de sobreexplotación” (4). “El crecimiento de comunidades dispersas ha generado una gran presión en términos del acceso al agua y se convierte en un gran reto para la prestación óptima de los servicios de agua potable. Se considera que el crecimiento difuso que se ha tenido en estos dos cantones tiene una relación directa con el incremento en el número de organizaciones comunales para brindar agua potable que surgieron precisamente en estos dos cantones (84 en Nicoya y 60 en Santa Cruz)” (5).
Es claro que el sector turismo es uno de los mayores promotores de crecimiento económico de la región y gran demandante del recurso hídrico, “ligado al agua para consumo humano y las instalaciones (piscinas) y para el riego (jardines, campos de golf).
Por tanto, las prácticas que utilicen son importantes en términos del manejo de una demanda que será creciente en el tiempo y donde la eficiencia se convierte en un factor de relevancia” (6). Los patrones de desarrollo económico han incrementado la demanda por el agua, lo que ha impuesto una enorme presión sobre el recurso y también sobre las entidades a cargo de su administración, en el otorgamiento de concesiones, en el control de vertidos y en el suministro agua para diversos usos.
Es por eso que, casos como el del acuífero Nimboyores y el conflicto entre comunidades costeras y Desarrollos Hoteleros de Guanacaste S.A. (Hotel Melía Conchal) en el año 2002, o los conflictos por el agua en Sardinal (desde el 2008) por la firma del convenio entre el AyA y Coco Water sin estudios serios sobre el estado el acuífero y la disponibilidad de agua para el futuro, siguen manteniendo encendida la alerta roja en las comunidades guanacastecas.
Algunos grupos ambientalistas afirman que continúa el desorden conveniente a favor de empresarios, algunos del sector turismo, para que se les otorgue disponibilidades de agua en lugares donde no se puede otorgar, traficar con el agua potable, usar pozos ilegales, recibir concesiones de manera sospechosa, uso inadecuado de la ZMT, etc.
“El problema del aprovechamiento ilegal de agua es especialmente frecuente en el cantón de Liberia, representando un 66% de los conflictos por el líquido que se presentan en este cantón. El aprovechamiento ilegal es el conflicto más común en Santa Cruz, que se caracteriza por el acelerado desarrollo turístico
Por su parte, la invasión de áreas de protección es el problema más frecuente en Lepanto. Abangares se coloca como el cantón que menos conflictos por el agua registra (3%)” (7).
El acueducto de Papagayo Sur (Trancas), inaugurado en marzo 2019, con una inversión de US $5.9 millones, gracias un convenio de cooperación entre el AyA, el ICT y el sector empresarial turístico, ha sido un interesante ejemplo de una alianza público-privada para satisfacer las crecientes necesidades del exigente sector turístico. Lo que se debe procurar, y poco se hace, es que las comunidades aledañas también sean beneficiadas de estas grandes inversiones, particularmente los acueductos rurales (ASADAS), a fin de favorecer también a las poblaciones vecinas a los grandes hoteles.
No se ha superado la situación que se viene denunciando desde muchos años atrás con respecto a la contratación de mano de obra migrante tanto para la construcción como para el mantenimiento de jardines, instalaciones deportivas, aseo y otras labores muy mal pagadas y lejanas al control del Ministerio de Trabajo, el INS y la CCSS, cuyos inspectores se siguen haciendo de la vista gorda cuando reciben quejas y hacen sus visitas sin la atenta fiscalización que merece este fenómeno.
También la dinámica migratoria interna sigue poniendo a la Región Chorotega a la cabeza durante los últimos años, pese a la ligera baja en el 2020, afectando la estabilidad familiar y el derecho ciudadano a tener opciones laborales cerca de su residencia, sin necesidad de desplazarse a la Meseta Central.
Siguen siendo sospechosas las quemas accidentales de algunos manglares, la desviación de quebradas, instalación de tuberías ocultas bajo la arena de las playas, los rápidos permisos que dan las instituciones para la corta de árboles de cualquier especie y los movimientos de suelos en zonas peligrosas, al igual que los permisos de construcción en zonas donde escasea o está restringida la dotación de agua potable y que todavía existan playas privadas, con acceso restringido para los ciudadanos.
Hay Alcaldes Municipales que todavía gozan de habitaciones a discreción en algunos grandes hoteles, y funcionarios públicos que financian fiestas con aportes y favores de hoteles de la zona…en fin, viejos males que todavía no se han erradicado como se debiera.
Por eso, urge planificar cuidadosamente el desarrollo residencial turístico y el fuerte impacto que continúan recibiendo algunas poblaciones rurales guanacastecas, para preservar nuestros valores culturales y el patrimonio natural, erradicando, de una vez por todas, la corrupción estatal y el turismo sexual todavía presente en Tamarindo, El Coco y otras zonas con fuerte impacto turístico.
Con un promedio de 12 nacimientos de madres adolescentes por cada cien nacimientos (año 2020), Guanacaste sigue liderando entre las provincias con mayor porcentaje de embarazo infantil. Tal situación no se puede achacar al turismo, pero sin duda alguna, tampoco deja de tener responsabilidad compartida en este fenómeno.
Considerando que aproximadamente la mitad de los turistas que visitan el país se hospedan al menos una noche en Guanacaste, haciendo que la población flotante sea más de dos veces el total de la población que reside en la Región Chorotega, instamos a las autoridades regionales y a nuestros diputados a trazar políticas y nueva legislación que favorezca beneficios más evidentes para nuestra población y a fomentar diversas campañas que fomenten nuestra idiosincrasia y aumenten el emprendurismo local para aprovechar la presencia mayoritaria de turistas, que esperamos no sigan siendo escondidos en la burbuja de las grandes cadenas hoteleras.
Sino que puedan también tener contacto con nuestra gente y las ofertas comunales y de nuestro entorno natural, particularmente del turismo rural comunitario. Por eso consideramos que pocos emprendimientos turísticos pueden celebrar a consciencia, como se debe, el 14 de noviembre: “día mundial del turismo responsable”, entre ellos Punta Islita, considerando, además de la minimización de su impacto ecológico mediante el cuidado y la preservación de las especies y el ecosistema, la despreocupación por el desarrollo integral de las comunidades vecinas al emprendimiento turístico, de sus pobladores y de los trabajadores de sus empresas, a quienes pretenden engañar llamándolos “colaboradores”.
Somos conscientes que la actividad turística ha decaído los últimos años, entre otros factores por la pandemia provocada por el COVID-19, el retroceso histórico del dólar y el aumento de la delincuencia contra el turismo, y que la recuperación tal vez no ha correspondido con la expectativa.
Esta pausa histórica debería ser aprovechada por las autoridades políticas y la ciudadanía activa para evaluar el impacto del turismo en la provincia, señalando sus aciertos, beneficios y consecuencias negativas, buscando reorientar y remediar los pasos históricos mal dados.
Con el fin de que todos los guanacastecos podamos soñar tiempos mejores, y no solo los grandes inversionistas nacionales y extranjeros amparados en una legislación complaciente y poco equitativa de la repartición de los beneficios del turismo, reyes absolutos de la gallina y sus huevos de oro.
NOTAS:
(1): MIDEPLAN con datos de INEC (Estimaciones y Proyecciones Poblacionales 2011-2050).
(2) MINAE-MIDEPLAN, Plan de infraestructura y gestión integrada de agua para el Pacífico Norte 2020-2030, diagnóstico descriptivo de la Región Chorotega. Elaborado por Mauren Ballestero Vargas y otros, San José, 2019.
(3): MIDEPLAN: estadísticas regionales 2016-2020, San José, 2021, pág. 13.
(4): IFAM: Acueductos municipales. Elaborado por Maribel Pérez y Ronulfo Alvarado, serie servicios municipales: N°1, San José 2003, pág. 81
(5): MINAE-MIDEPLAN, op. cit. pág. 126
(6): IBID, pág. 127
(7): IBID, pág. 129
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