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  1. Saludos. Me gusta mucho el periódico. Estoy interesado en tener un espacio para escribir y publicar con ustedes. ¿Qué debo hacer?

  2. Reflexiones en torno la marimba y a la música de Guanacaste

    En estos días se cumple un año más de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica; para ser exactos 197 años de un engranaje social, cultural, político, económico. Por ello, la celebración se convierte en un espacio para reflexionar en torno al instrumento musical llamado marimba y la música guanacasteca, por su posicionamiento en los diferentes cantones, como un elemento de identidad costarricense.

    Y es que hablar de la marimba guanacasteca, es referirse a la alegría, la tristeza, las fiestas típicas y las celebraciones patronales, entre otras. Ahí, el instrumento ha estado presente con sus sonidos, sus colores musicales, siendo sus ritmos el deleite de cada paso bailable o melodía de calor humano que llega a lo profundo del corazón. Una música, un son representativo, de la sociedad que se erigió en las haciendas, el ganado, la siembra y el trabajo.

    Sin embargo, este recorrido artístico musical no ha sido un camino fácil y se complica con el arribo forzoso a la región, de los esclavos africanos; traídos con el objetivo de dotar de sirvientes y de mano de obra, a los escasos españoles que radicaban en la zona, los cuales no tenían quién les apoyase en sus tareas, principalmente porque en el siglo XVI el Gobernador de estas tierras, decidió trasladar a América del Sur, a la gran mayoría de pobladores aborígenes, para aportar trabajadores en la explotación minera de la Corona Española. Indudablemente, la región se quedó sin servicios domésticos, sin servidumbre, sin personas que sembraran la tierra y por esa razón, fue necesario traer urgentemente esclavos africanos y en sus mentes llegó la marimba. Quizá este hecho responde a una interrogante histórica: ¿por qué en el Caribe costarricense no hay marimba? Es claro, allá llegaron durante la segunda mitad del siglo XIX, personas libres, de ascendencia africana que vivían en las Antillas y cuya labor consistía en construir el ferrocarril, es decir, llegaron tres siglos después del arribo de los esclavos a Guanacaste. Eran grupos humanos muy diferentes entre sí.

    Ahora bien, los españoles, los pocos aborígenes y africanos, prontamente se integran en las diversas faenas propias del desarrollo humano; pero, durante las noches o en el día de descanso, la marimba, el canto y la guitarra llenaban los espacios de esparcimiento, para regocijo del alma y la alegría de quienes escuchaban. Ahí el folklore español y las formas europeas se adueñan de los sonidos, pero como en todo producto humano, se irán sumando o eliminando elementos que más se adapten a las condiciones de sus lugares de vida, hasta producir un arte propio, que les represente como grupo social.

    La música de las haciendas, rápidamente pasa a las calles y de ahí a los salones de baile, según lo observaron periodistas, científicos, viajeros y visitantes de la región. Estos detallan que en una esquina en el pueblo o debajo de un gran árbol, se colocaba una marimba junto a una guitarra y la gente del lugar se dedicaba a bailar los diferentes sones interpretados por los músicos. De estas actividades comienza a nacer lo que será la música tradicional guanacasteca, hecha para lugares muy abiertos, grandes, muy amplios, como la bajura misma. He ahí la razón de la fuerza del sonido con que se ejecuta esta música tradicional.

    Por mucho tiempo el basto repertorio musical, sus músicos y agrupaciones fueron la parte más importante de las actividades de la región, desde fiestas, funerales, pasacalles, corridas y de toros, bailes públicos, semanas de la cultura, cumpleaños y más. Con ellos se contaron cientos de historias, se describieron lugares, animales, personajes, hechos de la vida cotidiana y sus actividades. Todos ellos marcaron con profundidad el acervo cultural guanacasteco, brindando una imagen fiel de la región seca y calurosa.

    Además, con ello creció el repertorio, la calidad musical y sus intérpretes, lo cual convirtió a esta provincia en una de las más llamativas en el campo de la música folklórica, tanto a nivel nacional como internacional. Sus artistas tuvieron la oportunidad de difundir con calidad, el quehacer de la región en cada espacio de la sociedad.

    Lamentablemente en los últimos años, la falta tanto del apoyo gubernamental, de los medios de comunicación masiva, como la carencia de políticas legales en defensa de la cultura tradicional costarricense, han comenzado a afectar el desarrollo y la creatividad, de las nuevas generaciones de artistas. Existen facilidades de difusión, de contratación y venta, para todos los productos musicales llegados del exterior: sean de baja o alta calidad. Pero, para el artista nacional es muy difícil y es todavía más difícil para los cultores de música tradicional.

    En las fiestas patronales o regionales de la provincia, casi está prohibido o cerrada la participación de la música guanacasteca. Durante los eventos los comercios la utilizan poco o nada: es más, durante unas Fiestas Típicas Nacionales me comentaba un gran músico mexicano que él “nunca había escuchado tanta música de México como en Liberia, Nicoya y Santa Cruz. Es más, comentaba, que se sentía contrariado y triste, de ver la poca difusión y la carencia de apoyo al patrimonio cultural musical, en una de las zonas geográficas con mayor y reconocido acervo musical en Centroamérica”. Las grandes compañías de eventos musicales realizan sus actividades masivas, muchas veces con artistas de escaso talento y calidad, pero, a las agrupaciones o solistas regionales de altísimo talento y calidad, le son cerradas las puertas.

    Los valores actuales están dirigidos hacia la globalización, teniendo por objetivo borrar las particularidades de cada región. Ello puede afectar y hacer perder las características que distinguen a los pueblos. Solamente, con una legislación clara, capaz de poner límites y usos a la música comercial externa, permitirá la protección de la música tradicional, o la música costarricense. Si en estos momentos no se toman las medidas correspondientes, seremos una imitación burda de cualquier otro país americano, pero no seremos una imagen del ser costarricense, pues se están promoviendo la imitación de los valores externos, para perder los nuestros.

    A manera de cierre, hemos de señalar que, el arte popular costarricense se está viendo fuertemente afectado por las grandes empresas que venden productos musicales de dudosa calidad y ante ello, la Anexión del Partido de Nicoya, nos hace reflexionar y observar las pocas oportunidades que tienen los cultores tradicionales de Guanacaste. Por ello creemos que el estado y las municipalidades deben de enfocarse en reglamentos, políticas o leyes que protejan y promuevan el uso de la cultura tradicional costarricense, o el arte costarricense en sí, por lo menos para el uso de la música tradicional en las actividades populares de mayor renombre en Guanacaste. Si eso no se hace a corto plazo, no celebremos el 25 de Julio, porque estamos participando en la destrucción de ese legado que llegó con la Anexión.

  3. Buenas tardes a todo el equipo del Periódico La Anexión. Primero que nada felicitarlos por tan encomiable labor.

    Me gustaría que me visiten y realicen un pequeño comentario sobre mí local comercial Souvenir Bagaces; ubicado 200 metros Sur del Colegio de Bagaces.

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